Género y Confinamiento
El contexto global ante la crisis de salud pública que se ha vivido este año por el COVID-19 ha representado muchas cosas, tanto negativas como positivas.
Todas las personas fuimos invitadas u obligadas a permanecer en casa, lo que evidenció que no todas tenemos las mismas condiciones, que no todas tenemos una casa o una posibilidad de sustento económico estable, que no todas podemos parar. Muchas personas tuvieron que continuar sus labores, algunas por desempeñar actividades de primera necesidad, las personas dedicadas a la salud y los cuidados tanto profesionales como domésticos, jamás se detuvieron.
También evidenció que el principal núcleo de violencia hacia las mujeres es el propio hogar; que personas en condiciones de vulnerabilidad se vieron aún más afectadas; que aquellas orientaciones e identidades no normativas que no son aceptadas en casa, tuvieron que permanecer en ambientes de violencia constante.
Fotograma de Cineminuto Cuerpo pandemia. Laura Miranda / Procine. 2020. México.
Esta situación visibilizó que no todas las personas somos iguales ni tenemos las mismas condiciones, que para ciertos grupos en condiciones de vulnerabilidad o precarizados, vivir un encierro por una crisis sanitaria ha aumentado las brechas de género, económicas y de acceso a derechos básicos y universales. Pero también ha sido una pausa en el acelerado sistema de producción, ha sido una posibilidad de generar diálogos a la distancia, de seguir buscando la vinculación empática; a pesar del necesario distanciamiento social, seguir generando comunidad.
Por eso para MICGénero era de suma importancia continuar con su edición este año, porque creemos que el cine es una herramienta esencial para mirar el mundo y mirarnos, de abrir diálogos y de generar espacios de transformación a través de la empatía y la mirada crítica.