En un momento en el que las relaciones de género y la representación de las mujeres en el cine son objeto de un acalorado debate (sobre todo a raíz de las movilizaciones del movimiento #MeToo a partir del otoño de 2017), la vida, la carrera y las películas de Zetterling surgen como contribuciones significativas a la historia del cine y de las mujeres en el cine y la televisión. Debutó con el largometraje Älskande par (Los enamorados) en 1964 y trabajó durante la década de 1960 en la industria cinematográfica tradicional dominada por hombres, durante la década de 1970 como cineasta feminista transnacional y, durante la década de 1980, aprovechando las nuevas oportunidades, provocando la controversia y el escándalo en varias ocasiones hasta su prematura muerte a los sesenta y ocho años en 1994. Es inusual por haber trabajado en documentales, cortometrajes, largometrajes y televisión, a la vez que escribía novelas y cuentos. Desde el punto de vista político, afirmaba pertenecer a una tradición intelectual de izquierdas y durante un tiempo fue investigada por el MI5 (la agencia de seguridad y contraespionaje del Reino Unido)3. Sin embargo, la ideología expresada en sus películas trataba de la alienación en las sociedades modernas del bienestar y de una profunda romantización de las culturas al margen de la sociedad occidental dominante. Sus representaciones de la sexualidad y el género eran conservadoras y radicales al mismo tiempo: paradójicas, a menudo fuertemente simbólicas, fascinadas con la sexualidad femenina y la reproducción, y que oscilaban entre la homofobia y una representación queer de las relaciones entre personas del mismo sexo. Sus películas son visualmente impactantes y sus narraciones a menudo controvertidas.

Mai Zetterling
(Suecia, 1925 – Reino Unido, 1994)