Luna tiene catorce años y no le gusta menstruar. Cuando su madre le regala una copa, la ilusión por usarla no dura mucho cuando Luna experimenta lo complicado que es utilizarla en su instituto, donde no hay agua limpia en lavabos e inodoros.Su enfado hace que se acerque a exigir agua limpia al Director, pero Luna no se atreve a explicarle que necesita ese líquido vital para facilitar su menstruación.No es hasta que su mejor amiga se mancha y no puede enjuagarse los pantalones, cuando Luna decide organizarse con sus compañeras para protestar y recoger agua de lluvia.